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La sociología e ideas de la familia

 

 

PUNTO DE ENCUENTRO ENTRE LA HISTORIA

 

 

La historia es doblemente esclarecedora para la perspectiva sociológica:

 

1) en primer lugar denuncia la ingenuidad de antiguas simplificaciones, las teorías que se apoyaban en una visión errónea de la vida pasada, o de las suposiciones carentes de fundamento a propósito de la permanencia de la conducta.

 

2) En segundo lugar, la historia proporciona una lección de modestia. Las relaciones entre la transformación de la familia y las transformaciones de la sociedad, los cambios técnicos, económicos y sociales, ya no podrán ser explicados en términos de modelos simples y únicos. Cada estudio consagrado a la familia en un contexto social y económico particular muestra la variedad de situaciones.

 

La reflexión histórica sobre la familia permite poner de manifiesto que no hay uno, sino dos tipos de familia y de organizaciones familiares muy diferentes en el tiempo y el espacio.

 

El hecho familiar es universal, pero con arreglos muy diversos según las sociedades. Entre las sociedades tradicionalmente estudiadas por los antropólogos y las sociedades contemporáneas existe una diferencia de grado, sino de naturaleza. En las primeras, el parentesco proporciona lo esencial de las categorías sociales, el marco de las relaciones de producción, de consumo, de poder, etc.; en las segundas, el parentesco tiene la concurrencia de otras instituciones sociales, y sobre todo el Estado. La antropología insiste en la necesidad de estudiar el hecho familiar en el seno de una cultura bien definida, y en sus relaciones con esa cultura.

 

 

La sociología de la familia

 

 

Antes de Durkheim

Comte

           

En su filosofía positivista se propone sustituir las creencias erróneas por el conocimiento científico de la naturaleza humana, su visión científica permanece enviscada en el moralismo de mediados de siglo XIX. Comte desarrolla un principio de subordinación, el de los sexos primero, y el de las edades después. La familia como organismo jerarquizado, es el lugar de la disciplina doméstica y social.

 

La principal crítica que se le puede hacer en este tema a Comte es la de no apoyares en ninguna encuesta concreta y de depender de una perspectiva psicologizante cuya seudocientificidad consiste en reemplazar a Dios por la naturaleza humana.

 

 

Fréderc Le Play

 

Revistió sus proposiciones de una envoltura teórica, apoyada en encuestas extensivas. Sus monografías familiares conocieron un gran éxito en el siglo XIX. A partir de ellas, organizó un cuadro clasificatorio de las familias distinguiendo:

 

1) La familia patriarcal;

2) La familia inestable; y

3) La familia troncal.

 

Bajo esta clasificación se esconde un proyecto político de reforma del derecho de sucesión que los acontecimientos de 1870 hicieron fracasar. El modelo de familia troncal es presentado como el mejor, el más apto para luchar contra la desintegración social.

 

 

La sociología de la familia en Durkheim

 

Las premisas de su análisis aparecen hoy superadas, en la medida en que están impregnadas del evolucionismo característico de finales del siglo XIX. Durkheim ve en la familia contemporánea como el resultado de formas antiguas, es como el desenlace limitado.

 

En su obra "La familia conyugal" la tesis es simplificadora. Estima que ha habido una contracción de la familia que históricamente ha pasado de un clan exógamo amorfo al clan diferenciado a la familia diferenciada, y luego a la familia indivisa de agnados del tipo zadruga. La contracción de la familia es correlativa a la extensión del medio social, de la aldea a la ciudad, de esta al Estado; se manifiesta por el quebrantamiento progresivo del comunismo familiar.

 

Pero, este evolucionismo no significa una escala de valores, la familia de hoy no es ni más ni menos perfecta que la de antaño: es distinta porque las circunstancias son distintas.

 

 

Las ideas sobre la familia

 

El discurso sobre la familia, que generalmente puede asimilarse a un discurso sobre su crisis, no es nuevo. Se organiza alrededor de dos polos: tan pronto la sociedad está enferma de su familia a la que conviene ayudar a reformarse como la crisis es interna a la familia y amenaza a sus miembros.

 

 

En el siglo XIX. Intervenir o no intervenir sobre la familia

 

Este siglo ve desarrollarse los discursos de los teólogos católicos, próximos a la monarquía, que observan la destrucción de la familia por los efectos del individualismo revolucionario. Louis de Bonald inventa una nueva palabra  la desconstitucion de la familia.

 

Comte también se adhería a esta ideología de la crisis familiar, el peligro procedía del debilitamiento de la autoridad del padre y del debilitamiento del espíritu de obediencia.

Ya no se trata de intervenir en nombre de un discurso puramente moral, sino de combatir la pobreza que es la fuente de desuniones familiares. El patrocinio, la filantropía y el catolicismo reformador social serán reemplazados por los principios higienistas de comienzos del siglo XIX en su labor de regeneración de la familia.

 

Por parte del pensamiento marxista, sabemos que una reflexión original articula la evolución de la sociedad familiar y las relaciones de producción. Engels planteaba la hipótesis de que la aparición de la familia conyugal estaba relacionada con un modo de apropiación privada, con el deseo del cabeza de familia de trasmitir la herencia.

 

 

El peligro venéreo a la extinción de la familia

 

A principios de este siglo se considera una amenaza para la familia el peligro venéreo extendido por la prostitución. El discurso médico y moral propaga el terror y fustiga la inmoralidad de la juventud.

 

Entre las dos guerras, las ideas sobre la familia así como las batallas sobre las políticas familiares se sitúan en un contexto demográfico maltusiano cuya apuesta es nacional y militar. Movimientos natalistas y familiares luchan para que se pongan en práctica ayudas a la familia y la restauración del sentido moral

 

La familia y la ideología de una familia numerosa se sitúan, entonces, netamente a la derecha, mientras que los socialistas reivindican la libertad del individuo.

 

El peligro familiar toma la figura nueva de un peligro interno que surge de las relaciones neuróticas: el ahogo familiar, la destrucción de sus miembros por la presión intolerable que les hacen sufrir las prohibiciones familiares. La influencia de Freud y de los descubrimientos del psicoanálisis contribuyó a la radicalización de las tomas de posturas contra la familia. Las obras de Simone de Beauvoir influenciará fuertemente la crítica familiar producida por las feministas de los años setenta.

 

Las posiciones de Wilhelm Reich son más radicales todavía, estigmatizando la familia como la correa de transmisión de las alienaciones sociales.

 

A través de todos estos discursos la familia aparece como el lugar de una fascinación incansable que cada uno tiene a bien defender o combatir según sus propias ideologías.

 

 

La influencia del estado providencia

 

Hasta los años setenta coexistieron dos discursos:

 

1) El que ponía de manifiesto las opresiones familiares;

2) El que deplora el excesivo individualismo y la pérdida de funciones que se supone que la política del Estado providencia ha arrancado a la familia.

 

Sin embargo, contemplada desde el ángulo de sus comportamientos demográficos esta familia ofrece todos los signos de salud: nunca ha habido tantos matrimonios, nunca se han casado tan jóvenes la tasa de divorcios es baja, etc. A partir de 1975, el discurso sobre la crisis de la familia afecta, ahora sí, a estas estructuras: el desarrollo del nuevo modelo conyugal frágil, la caída de la tasa de fecundidad.

 

Acabadas las castraciones familiares: la familia es descrita como el lugar de expansión individual, de sostén psicológico y social. Estos nuevos discursos se inscriben en el contexto de la crisis que sacude al estado providencia. El redescubrimiento de las redes familiares con usos múltiples y la celebración de la familia compensan, en cierto modo, la retirada del estado.

 

En cuanto a los miedos provocados por los discursos médicos en estos años 80 han sido finalmente sustituidos por los discursos sobre el SIDA y por los fantasmas que engendran el campo abierto por los progresos biológicos en el campo de la fecundidad asistida.

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